Rota se camina igual no solo fue un éxito en ventas sino que se consagró rápidamente como un clásico. Difícil de catalogar dentro de un género literario, Lorena Pronsky logra conmover al lector con un lenguaje disruptivo pero sencillo, a través de relatos que nos invitan a conectarnos con nuestras emociones. Apoyada en la herida como parte inevitable de la vida, nos muestra de qué manera podemos darles un nuevo destino a esos dolores que se nos imponen.
En este viaje de reencuentro con nosotros mismos nos iremos identificando con las heridas de la pérdida, del abandono, del desamor, y así entender que siempre tendremos dos caminos para elegir: aferrarnos a ese dolor que nos deja en pausa, o bien comprender que asumir la realidad es el primer escalón para reinventarnos e iniciar una nueva etapa.
Aceptar que estamos atravesados por tormentas que han dejado una marca indeleble nos enseña que “continuar” es una palabra que encierra todas las posibilidades aún desconocidas. Solo tenemos que tomar ese envión interior para darnos cuenta de que, a pesar de nuestras fisuras personales, rota se camina igual.
Rota se camina igual no solo fue un éxito en ventas sino que se consagró rápidamente como un clásico. Difícil de catalogar dentro de un género literario, Lorena Pronsky logra conmover al lector con un lenguaje disruptivo pero sencillo, a través de relatos que nos invitan a conectarnos con nuestras emociones. Apoyada en la herida como parte inevitable de la vida, nos muestra de qué manera podemos darles un nuevo destino a esos dolores que se nos imponen.
En este viaje de reencuentro con nosotros mismos nos iremos identificando con las heridas de la pérdida, del abandono, del desamor, y así entender que siempre tendremos dos caminos para elegir: aferrarnos a ese dolor que nos deja en pausa, o bien comprender que asumir la realidad es el primer escalón para reinventarnos e iniciar una nueva etapa.
Aceptar que estamos atravesados por tormentas que han dejado una marca indeleble nos enseña que “continuar” es una palabra que encierra todas las posibilidades aún desconocidas. Solo tenemos que tomar ese envión interior para darnos cuenta de que, a pesar de nuestras fisuras personales, rota se camina igual.